Quito .- Unos 75 reclusos murieron este martes en Ecuador en una cadena de violentos enfrentamientos en tres centros penitenciarios, atribuida por las autoridades a una disputa entre dos bandas por el control de las prisiones.
Las últimas cifras oficiales ofrecidas por el Servicio de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI) es de 75 muertos.
En el penal de Turi de la ciudad de Cuenca, a unos 470 kilómetros al sur de la capital ecuatoriana se contabilizaron 33 reos muertos, en tanto que otros 34 fallecieron en la prisión de Guayaquil y otros 8 en la de Cotopaxi, a unos 80 kilómetros de Quito.
El número de heridos asciende a decenas pero no hay un cifra confirmada porque hasta el anochecer las ambulancias seguían entrando a las prisiones a retirar heridos y muertos, constató Efe en el penal de Guayaquil.
DESENCADENANTES
En una rueda de prensa en Quito, el jefe de prisiones, Edmundo Moncayo, atribuyó los motines a rencillas entre al menos dos bandas criminales que se disputan el control de las prisiones, lo que obedece probablemente al vacío que se generó tras el asesinato en diciembre pasado de un reo que había sido liberado, José Luis Zambrano, alias «Rasquiña».
Los motines en las prisiones de Ecuador no son un fenómeno nuevo, y de tanto en tanto se producen casos por todo tipo de razones.
En agosto pasado Moreno declaró un estado de excepción en el sistema carcelario del país ante lo que definió como un «caos» generado por «mafias» en el interior de los centros penitenciarios.
Una pelea entre reclusos en la cárcel de máxima seguridad de Cotopaxi, cerca de la ciudad andina de Latacunga, dejó en esa época dos convictos muertos.
El 3 de agosto de 2020 se reportaron de otros nueve fallecidos, dos de ellos incinerados, seis policías con lesiones y otros 20 reos heridos tras un ajuste de cuentas entre bandas de la cárcel de Guayaquil.
En 2019 también se registraron episodios similares que obligaron al Gobierno a declarar el estado de excepción en el sistema carcelario, con varias medidas que buscaban reducir el hacinamiento y combatir la violencia en los centros de reclusión. EFE